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De observador a voluntario Parte I: Una buena decisión

Desde hace ya algo de tiempo he querido dedicar unos meses a trabajar como voluntario en algún lugar lejano, aprender otra lengua y apartarme por completo y por un período considerado del ritmo de vida tradicional de las ciudades en las que he vivido. Así que cuando un viejo amigo  me habló de su proyecto ecológico en medio de la selva ecuatoriana, donde hace cuatro años la deforestación obligó a diversas especies a dejar su hábitat e hizo a otras llegar al fin de su existencia, no lo pensé dos veces; más pudo mi sed de aventura y de cambios que la incertidumbre y el propio miedo a las serpientes, y no habría razón para decir que no, mucho menos cuando aprender francés se sumaría a los beneficios de estar algunos meses en este lugar.


Fue así como llegué a este maravilloso paraíso natural, la ubicación exacta la obvio por proteger el misticismo del lugar, y para no volverlo comercial, para cuando el proyecto empiece a andar, turistas de todo el mundo vendrán, en busca de un turismo diferente, de conexión con la naturaleza, de alimentación espiritual y de conciencia.

Expectativa vs Realidad

Si bien había tenido la oportunidad de ver fotos del lugar antes de aventurarme, me esperaba encontrar menos, es decir, es muy común ver imágenes "bonitas" de muchos sitios, más si se trata de venderlos, y teniendo algo de experiencia en fotografiar lugares estaba preparado para descubrir "las letras pequeñas", eso de lo que no nos hablan y luego termina por destruir nuestras expectativas. Aquí es diferente, completamente y en todo el sentido de la palabra, se puede llegar a un nivel de paz y meditación que no es de este mundo, o al menos o no lo había experimentado en ningún lugar hasta ahora. Recuerdo que lo primero que pensé al llegar fue "El creador se botó con esta maravilla". 


Hospedaje


En mi opinión, más cómodo y práctico no podría ser, los voluntarios tenemos una cabaña con 3 dormitorios, ducha, baño seco (más adelante les explicaré en que consiste), cocina, refrigeradora, terraza, libros en francés, inglés y español y una pantalla para ver películas una que otra vez. junto a la cabaña, el huerto, en forma de mandala, y en él una gran cantidad de plantas de rúcula, albahaca, yuca, mora, frambuesa, hierva luisa, culantro y otras tan conocidas como el frijol francés. Al pasar el huerto los pozos de los peces, son dos especies de piscinas donde se crían peses para su reproducción y así poder pescar de vez en cuando.

Quehaceres diarios

En el proyecto hay mucho que hacer y desde muy temprano, alimentar a los animales y ayudar en la construcción de cabañas; algunos días toca quedarse en la cabaña de voluntarios diseñando para la página web o cualquier cosa que se necesite, como limpiar, preparar la comida o hacer fotos de las aves desde la terraza.. Al final del día nada mejor que un rico baño en el pozo, a pocos metros de la cabaña, no voy a negar el hecho de que al principio me daba un poco de miedo meterme, por el hecho de no poder ver el fondo, pero no hay nada que temer, a excepción de las arañas que te ven todo el tiempo, pero ya entendí que ellas lo mantienen limpio, van a por los bichos que caen al agua, así es, tenemos voluntarios en el pozo 24/7. Luego un par de lecciones de francés y a cenar. El contacto con la naturaleza nos hace acogernos a su ritmo.

Contacto con la comunidad

A kilómetros del proyecto se encuentra un recinto (así llaman aquí a los pequeños caseríos) que consta de unas 6 o 10 familias, ahí tenemos días de "Mingas"  en los que los miembros del mismo y voluntarios de diferentes proyectos nos acercamos a realizar juntos una actividad. Esta es otra experiencia extraordinaria, se conoce personas que vienen de lugares muy remotos, como el Congo y los habitantes del recinto siempre están atentos y sonrientes, lo que nos llama a capítulo, a veces nos quejamos de tantas cosas, mientras hay gente que es feliz con tan poco.

En el colegio de este recinto empezaré un proyecto los días viernes, pero eso lo contaré más adelante. Como este hay muchos proyectos que necesitan de voluntarios para ser desarrollados y detrás de ellos hay personas sedientas y necesitadas de ayuda que quizás tu puedas dar, hay un mundo de posibilidades afuera, basta con navegar por sitios como Helpex  para encontrar opciones y dar ese primer paso, decidirse. Al final del día, habrás puesto tu granito de arena para cambiar el mundo, y tendrás una linda historia  que contar.


Yorwind Lisandro Brito



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