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De observador a voluntario Parte II: Aprendiendo a cuidar de la naturaleza


Ya han pasado un par de semanas desde que llegué a la selva, una de las cosas que al llegar no me parecía del todo agradable era la idea del "Baño seco", sí al principio suena como una especie de lavado al vapor como si se tratara de un servicio prestado por una lavandería, pero no, se trata simplemente de una letrina.

Confieso que el primer día aguante las ganas de usar el baño porque no me parecía muy higiénico que digamos, el hecho de no halar una cadena y en lugar de ello arrojar aserrín luego de defecar me causaba cierto ruido, pero al final, el hecho de no contaminar el río y por ende ayudar a preservar el ecosistema no tiene precio.


Detergentes ecológicos

 A la hora de ducharse se es cuidadoso de igual manera, si bien no hay una "ducha seca" toca usar jabones artesanales de glicerina, los platos se lavan con jabón biodegradable y para la ropa usamos unas almendras blanda y algo pegajosas, que dentro de una bolsa de tela cumple la misma función que el detergente de sacar el sucio de la ropa.

Minimizando los desechos

En la reserva, se reducen considerablemente los desechos, todo lo orgánico sirve para complementar la dieta de las gallinas, el poco plástico, vidrio, metal  y papel que se genera es enviado para su reciclaje previamente clasificado, de esta forma se reduce el impacto ambiental casi a su totalidad.

Preparando el relevo

A unos cuantos kilómetros está un reciento, (el mismo del cual hablé  en la publicación anterior) allí hay una pequeña escuela con una población de apenas siete niños de 5 a 9 años de edad y donde tengo el privilegio de estar comenzando un proyecto de aprendizaje enfocado a reutilización a través del arte. Mi primer contacto con los niños fue una agradable experiencia, llegué con la tarea de enseñar y terminé aprendiendo muchísimo de ellos, son niños puros y extrovertidos; atentos, prestos y totalmente conectados a su entorno, después de la clase me invitaron a jugar un partido de quemadas, por su puesto no me pude negar y no podré negarme la próxima vez que me inviten, pues me divertí muchísimo, espero con ansias que llegue el viernes para tener nuestra segunda actividad, la cual será un taller de marionetas con materiales de desecho.

Así transcurren mis días aquí, disfrutando la experiencia de ayudar a otros, quizás es la mejor forma de ayudarnos a nosotros mismos.

Yorwiind Lisandro Brito



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